Oppolux nace del contacto con los clientes en su día a día.
En Oppolux hay una serie de profesionales donde cada uno aporta su particular visión de las cosas, pero siempre intentamos que prevalezca el sentido común.
Con formaciones diferentes cada uno de nosotros intenta con el trabajo diario que los problemas de los clientes se conviertan en soluciones, así de simple.
La energía se ha convertido en los últimos años en un problema generalizado, ya que para algunas empresas representa un 40% del gasto total.
Afortunadamente con la apertura del mercado de las comercializadoras algunas empresas han perdido «el miedo» a cambiar la compañía eléctrica a la que han sido fieles 40 años, y donde en algunos estudios hemos llegado a encontrar hasta un 50% de ahorro.
Estamos en esa lucha de cambiar la mentalidad, aunque es verdad que las administraciones públicas no ayudan, ya que desde hace medio siglo los gobiernos han favorecido a unas compañías mucho más que a otras.
La personalización de nuestro trabajo, diferenciamos sectores, horarios, empresas, autónomos, estacionalidades, etc.
Nuestra guía en cada proyecto o estudio en una empresa son:
INDEPENDENCIA
Somos consultora totalmente independiente, no trabajamos en exclusiva para ninguna marca, la energía no tiene color o sabor, por ello lo importante no es la empresa que la proporciona sino el gestor que te consigue un buen contrato. Esta independencia es la que nos permite estar de lado de nuestro cliente.
COMPROMISO
El gusto por el trabajo bien hecho. Nos marcamos un objetivo de forma conjunta con nuestro cliente y trabajamos en el cumplimento del mismo.
CLARIDAD
El objetivo de nuestro trabajo es poder presentar un informe donde el cliente además de entenderlo pueda aplicarlo en su empresa.
EFICACIA
No es otra cosa que cumplir los objetivos y comprobar que funcionan.
Analítica de los datos del cliente. Estudio del Mercado de la Energía, predicciones a futuro. Gestionamos otros aspectos del funcionamiento de
No hacemos campañas masivas telefónicas a través de centralitas donde gente joven de países en desarrollo trabaja a destajo para conseguir clientes al precio que sea, llamando a los hogares a horas molestas para decirles una frase aprendida de márketing o una «oferta» del día que nunca es tal cual dicen. No mentimos, no presionamos, no decimos que nuestra oferta es «siempre la mejor». En definitiva, no queremos problemas, por eso no los creamos.